La empresa sueca Astrid AI ha desarrollado una herramienta que mejora las habilidades de comunicación de los empleados. Entre las ventajas que ofrece Astrid es que puede proporcionar capacitación personalizada a través de análisis avanzados en sus llamadas telefónicas y reuniones de video para recopilar datos, que luego se utilizan para entrenar a los miembros de su equipo automáticamente. En términos más simples, esto significa que Astrid contribuye a mejorar las habilidades de comunicación de las personas, para que no sean sustituidas por máquinas en su puesto de trabajo.
El director ejecutivo de Astrid AI, Andreas Kullberg, destaca que en este momento, una de las áreas críticas de la organización es el departamento comercial. «Los profesionales que trabajan en ventas, atención al cliente y operaciones B2B deben desarrollar tener unas habilidades de comunicación muy eficientes. Con la inteligencia artificial, los empleados graban las conversaciones e inmediatamente después, reciben el entrenamiento de mejora de Astrid por correo electrónico».
En el entorno actual, con el teletrabajo, las organizaciones líquidas, los proyectos interdepartamentales y la diversidad organizativa, la comunicación se ha convertido en un elemento clave. Muchos de los problemas internos se inician por un error de comunicación. Y ofrecer formación y entrenamiento en habilidades, adaptado a cada persona, puede mejorar la eficiencia organizativa e impactar positivamente en el clima laboral.
Hacia dentro, y hacia fuera
El sistema de entrenamiento proporciona formación a los equipos de cara al cliente, ayudándoles a rendir mejor y a ser más productivos a través de su coaching personalizado de IA. Y además, ofrece una solución de software impulsada por IA para escuelas y profesores que se utiliza para mejorar el inglés hablado de los alumnos.
Y aquí surge una pregunta. Si la IA nos enseña a mejorar nuestra comunicación, ¿el ser humano puede perder frescura, ritmo o espontaneidad? Según Kullberg, Astrid AI se ha desarrollado con el objetivo de ayudar a que las personas se comuniquen a su manera, no de la misma manera. «Queremos que preserven su cultura y la forma en que se comunican», afirma. «Cuando hay que hablar en público, ante un medio de comunicación o en una situación complicada, como un juicio, el nivel de confianza se reduce y, normalmente, nos expresamos peor. Si puedes recibir entrenamiento en conceptos básicos sobre cómo comunicarte con confianza, vocalizar, estructurar el mensaje, hablar con claridad, pensar en cómo hacer una pausa y no tener miedo a hacerla, entonces podemos mantener nuestra esencia y que eso se transmita en todo momento. Y ese entrenamiento debe ser individualizado».